Frase de la semana:
"-¿Y a tí? ¿Qué te importa ese imbécil? Si quiso casarse con una sinvergüenza es su problema...
-¡Tú también quisiste casarte con ella!
-Muy bien... Veo que ya llegó el momento de hablar. Hablemos, entonces. Pero con la verdad, Mónica, nada más que con la verdad ¿Estás de acuerdo?"
Juan: Aimee!... Mónica: (Monica se asusta y salta hacia atras como si hubiera visto un fantasma) Que hace aqui?? Juan: No se asuste tanto. No esta frente al demonio. Mónica: Que es lo que quiere? Juan: Con usted, nada... Donde esta Aimee? Mónica: Aimee? Busca a mi hermana?? Juan: No esta? Mónica: No tengo porque informarle y le ruego que se marche. Juan: Salio con su mama? Mónica: Eso a Usted no le interesa. Juan: Ah... No sabia que las monjas fueran tan enojonas... (con sonrisa burlona) Mónica: No voy a tolerar sus estupidas burlas... y si no se va... Juan: Ademas, nunca habia visto a una tan bonita... Mónica: Voy a llamar a los criados... Juan: Hagalo... (la agarra por el brazo, ella se sacude y se aleja). En esta casa solamente hay una criada. Es por eso que se metio de monja? No soporta que la toque un hombre?... Mónica: Vayase!... Juan: Esta bien, me voy. Digale a Aimee que vine. Que Dios la guarde... Santa Monica. (con sonrisa diabolica. ella respira con trabajo, todavia no se repone del susto - o de la atraccion??...)
Monica esta sola en el arrecife mirando hacia el mar y hacia las rocas abajo Monica esta pensando: Dios Mio. Tu no me quieres. Cada dia que pasa me haces sufrir mas. Porque tenia Andres que escogerla a ella? Que tiene Aimee que no tenga yo? Ya bastante sufri con su rechazo y ahora esta humillacion tan grande. Y ella lo sabe... disfruta... se burla... (Juan se le acerca a Monica por detras) Juan: Que le pasa, Santa Monica?? (Monica se asusta y tropieza, esta a punto de caer al vacio cuando Juan la agarra por el brazo, haciendo balance moviendo una pierna hacia atras...) Juan: Estaba perdida? Mónica: Es su mano (muy indignada) Como se atreve??! Juan: A impedir que se mate?... La verdad ni yo mismo lo se. Mónica: Es usted un patan!!.. Juan: Dicen que es pecado tener mal genio, hermana. En vez de reganarme, deberia estar agradecida. Mónica: No tengo nada que agradecerle a Usted. Y retirese! Su presencia me repugna. Juan: Le repugna?? Porque?? Porque soy pobre?? Mal vestido? Es esa la caridad cristiana, hermana?? Mónica: Dejeme pasar. Juan: No. Mónica: Mire que si se atreve... Juan: A propasarse con usted?? (Juan rie sarcasticamente... ) Por Dios!! Santa Monica. Usted no tentaria ni a un hermitano... (ella mira hacia abajo indignada, Juan se da cuenta del cambio en ella y cambia de tono en la voz) Perdon... No quise decir eso. Es mas... No entiendo como una muchacha tan bonita quiere hacerse monja... (la deja irse...)
Juan: Esta bien, me voy. Digale a Aimee que vine. Que Dios la guarde... Santa Monica. (con sonrisa diabolica. ella respira con trabajo, todavia no se repone del susto - o de la atraccion??...)
CREO QUE ERAN LAS DOS COSAS REVUELTAS...PERO COMO IBA A ADMITIR ELLA QUE ERA ATRACCION?...CON EL ORGULLO QUE SE GASTABA....JEJEJEJE....
A mi tambien me gusta el dialogo, cuando Juan le dice digale a Aimee que vine que Dios la guarde.. Santa Monica sin darse cuenta Juan siente atracción por Monica.
Oye Miriam, esto está muy bien, me gustan las acotaciones que aparecen entre paréntesis, así nos hacemos una idea de cómo deben comportarse los personajes, sonrisa diabólica, indignación, etc. Nos da una muestra de lo que piensan los personajes y como lo plasman los actores, sin duda Eduardo y Edith, clavaron sus actuaciones, perfectas.
Gracias Miriam, me ha gustado mucho, esto me da a entender entonces que Mónica no pretendía suicidarse cuando estaba meditando en el acantilado, es que muchas veces se ha debatido sobre este tema, y yo siempre he sido de la opinión de que Mónica nunca pretendió quitarse la vida, porque tenía mucha fortaleza de espiritu y era muy valiente e inteligente para esas cosas.
Yo tampoco pensé nunca que Mónica quisiera quitarse la vida. Es más es que ni se me pasó por la cabeza. No le vi intención de ello para nada, en nada. Simplemente lo que veo es a una mujer, y no digo monja, porque no veo que Mónica pensara alguna vez como tal, sino mujer, que siente que su vida se está yendo al traste, y necesita estar sola, en aquellos momentos para desahogarse, para pensar...Solo que en ese trance aparece alguien imprevisto, como es Juan.
Hola Dulcinea, los dialogos los he sacado de un foro de Argentina. Este dialogo que v
Conversación entre Mónica y Juan en donde él termina diciendole:
"Solamente CIEGO, SORDO, o IMBECIL..." Juan/Monica despues de regresar de la escuelita que Juan va a arreglar/renovar para ella por orden de Andres...) Juan: Resulta monotono escucharla. Es que no sabe decir otra cosa? Mónica: Por favor. Para que prolongar esta situacion tan horrible?? Acepte lo que paso y vayase!... Juan: Me ire, pero no solo. Mónica: Que quiere decir? Juan: Cuando me vaya, me voy a llevar a su hermana. Mónica: Esta loco? Como se le ocurre? Juan: Ella me quiere. A su modo, pero me quiere. No me costara trabajo convencerla. Mónica: No, Usted no puede hacer eso. Juan: Quien me lo va a impedir? Usted? Andres? (hace un magnifico gesto de incredulidad mientras dice 'Andres?') Mónica: Si no es justo que destroce la vida y la honra de un hombre... Hay un Dios en el cielo y ese Dios... Juan: Por favor, no sea infantil. Digame una cosa. Usted no hace esto por su hermana... sino por Andres, verdad? Entonces tiene razon Don Noel cuando me dijo que se metio al convento por decepcion... porque fue el quien la dejo, no al reves... Como es posible que defienda tanto la felicidad de un hombre que la cambio por otra??...
(Monica se va indignada, Juan la observa) Monica va a buscar a Juan cuando ella se entera que el abuelo de Meche ha sido despedido de Campo Real...) (Juan acaba de enterarse por Aimee que Pedro esta trabajando como preso en Campo Real y esta buscandolo...) Mónica: Usted no tiene corazon. Juan: Ahora no tengo tiempo para tonterias. Mónica: Le llama tonterias correr unos pobres ancianos solo porque no pueden rendir como los demas? Juan: No se de que me esta hablando. Mónica: Dijeron que la orden vino de Usted. Juan: No tiene que creer todo lo que digan de mi. Mónica: y no va a hacer nada?? Juan: Ya le dije que tengo cosas mas urgentes que atender... (Juan encuentra a un trabajador de la finca y le pregunta por Bautista, le pide que Bautista venga a verle ...) Mónica: Me va a hacer caso ahora o para Usted es mas importante un presidiario que unos pobres ancianos?? Juan: Ese presidiario es un hombre inocente... Es mi amigo... (Juan alza su tono de voz...) Donde esta esa gente a la que segun Usted acabo de correr?? (ella le guia el camino a la choza de Florindo, el la sigue con un paso muy altanero y seguro) (cuando Monica y Juan regresan de ver a Florindo y aclarar la situacion con ellos...) Mónica: Pero si fue mi madrina la que lo ordeno, Usted se va a ver en un aprieto. Juan: No se preocupe, Santa Monica. De todos modos ahora el problema es mio. Mónica: Pero yo lo meti en esto. Es mi culpa. Juan: Quiere que le diga una cosa? Mónica: Que? Juan: Antes que nada permitame darle una disculpa por lo que le dije en la manana. Como se habra dado cuenta, de caballero no tengo mas que la ropa. Pero tambien quiero decirle que si yo le hubiera tenido a usted, solamente volviendome CIEGO, SORDO, o IMBECIL le hubiera dejado por otra, mucho menos por una zorra, como su hermana. (el trabajador le dice a Juan del paradero de Pedro... Juan todavia no le quita los ojos de encima a Monica, como esperando una respuesta)
Juan /Doña Sofia (discusion despues de que ella le manda a llamar) (Juan le dice que ellos callarian si al menos se le diera un poco de dinero y se les pidiera el silencio a cambio... ): Sofía: Escucheme bien! Usted no es nadie aqui para dar ordenes! Juan: Tiene razon. Tan solo soy el bastardo de su marido. Se lo decimos a Andres y asunto arreglado. No, verdad?? Bueno, ya que estan aclaradas las cosas me retiro. (comienza a irse, pero se detiene y regresa. Se acerca de nuevo a Doña Sofia) Ah, no se quede todo el tiempo encerrada. Con un poco de aire y de sol se veria aun mas hermosa... (se va con una sonrisa diabolica...) J/Monica (en el despacho de Andres, la mañana despues del discurso de 'ciego, sordo o IMBECIL': Juan: Si busca a Andres aun esta en su alcoba entretenido con su mujer. Mónica: Que paso con Florindo? Ya se entero mi madrina que usted ordeno que se quedara? Juan: Si. Mónica: Y que paso? Si quiere yo hablo con ella y le digo que tuve la culpa. Porque no es justo que usted... Juan: Sabe cual es su problema, Santa Monica??... Que tiene alma de martir. Esta dispuesta a enfrentarse a Doña Sofia para librarme de un problema... y soporta mis desplantes y mi presencia... con tal de salvar a Andres de la vergüenza de saber que su esposa es una cualquiera... No se da cuenta que los demas pueden aprovecharse de usted?? (Mas tarde a la hora de cenar, Juan esta hablando con AImee en su cuarto. Suena la puerta y Juan esconde a Aimee en su dormitorio ...) Juan: Adelante! Mónica: Ya vamos a cenar y Andres pregunto por Aimee. Juan: Usted lo unico que hace es vivir pendiente de Andres, Verdad? Lo siento, pero su hermana no esta aqui. Mónica: No esta en su recamara y tampoco en ninguna otra parte de la casa. Juan: Aqui tampoco. Mónica: No le creo (trata de pasar rodeando a Juan..., Juan la agarra por la cintura ...) Juan: Entonces... Santa Monica... Nunca entres al cuarto de un hombre.. si no quieres que este te toque...(Monica se enfada y se va... Aimee sale del dormitorio...) Aimée: Ay, que entrometida. Tu porque le hablaste de esa manera? Porque la tuteas?? Juan: Yo soy libre de hacer lo que quiera. (Durante la cena, Juan observa a Aimee y Monica y pinsa...) (mirando a Aimee) Como pude alguna vez quererte?... Como no me di cuenta lo coqueta, frivola y vacia que eres... (turns to Monica) (cambia su mirada hacia Monica ) Y tu... eres tan verdadera como pareces?? O es que aun no has tenido la oportunidad de enseñar las garras como tu hermana??
ME ENCANTAN ESTOS DIALOGOS...AQUI, JUAN DEMUESTRA UNA VEZ MAS SU CARACTER(ARROLLADOR)...Y LE HACE VER A MONICA QUE TIENE QUE APRENDER QUE ELLA POR SI SOLA VALE MUCHO MAS QUE CUALQUIERA Y QUE TIENE QUE QUERERSE...TAMBIEN QUE SE PREOCUPE MAS POR ELLA Y NO POR LOS DEMAS......
ADEMAS TAMBIEN EMPIEZA EL ACERCAMIENTO ENTRE ELLOS...CADA UNO SE VA DANDO CUENTA DE QUE EL LE ESTA GUSTANDO....
BUENO, GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS DIALOGOS CON NOSOTRAS...
Yo tampoco pensé nunca que Mónica quisiera quitarse la vida. Es más es que ni se me pasó por la cabeza. No le vi intención de ello para nada, en nada.
Comparto tu opinión Chispa! Mônica se quedaba angustiada y necesitaba estar sola con su dolor (yo en su lugar preferria pegar Aymée y gritar con Doña Catalina pero cada uno con lo suyo
Yo tampoco pensé que Mónica quisiera suicidarse. Si os dáis cuenta, siempre que Mónica está contenta o se agobia, y tiene el mar cerca se desahoga ahí.
En la escena del acantilado, o en la escena nocturna que llora en la orilla del mar. O cuando va a casarse con Andrés y nos sacan la escena de Mónica tumbada en la arena al lado del mar...
Yo creo que Mónica se va al acantilado para estar sóla y como está ensimismada en sus pensamientos no se da cuenta que se acerca demasiado al borde...
Me encanta la escena final de la telenovela, también en los acantilados.
También hay trozos de los libros de Corazón Salvaje, diálogos de Café con Aroma de mujer, e incluso el libro completo en el que se basa La Mentira (de Caridad Bravo Adams, igual que CS).
MÓNICA: ¿Quién es Usted? ¿Qué hace aquí? JUAN: No se asuste tanto. No está frente al demonio. MÓNICA: No estoy asustada... y más vale que se vaya. ¿Qué es lo que quiere? JUAN: Con Usted, nada... ¿Dónde está Aimee? MÓNICA: ¿Aimee? ¿Busca a mi hermana? JUAN: ¿No está? MÓNICA: No tengo porque informarle y le ruego que se marche. JUAN: ¿Salió con su mama? MÓNICA: Eso a Usted no le importa. JUAN: Ah... No sabía que las monjas fueran tan enojonas... MÓNICA: No voy a tolerar sus estúpidas burlas... y si no se va... JUAN: Además, nunca había visto a una tan bonita... MÓNICA: Voy a llamar a los criados... JUAN: En esta casa solamente hay una criada. ¿Es por eso que se metió de monja? ¿Porque no soporta que la toque un hombre? MÓNICA: ¡Lárguese! JUAN: Está bien, me voy. Dígale a Aimee que vine. Que Dios la guarde... Santa Mónica.
MÓNICA (piensa): Dios Mío. Tú no me quieres. Cada día que pasa me haces sufrir más. Por qué tenía Andrés que escogerla a ella? Qué tiene Aimee que no tenga yo? Ya bastante sufrí con su rechazo y ahora esta humillación tan grande. Y ella lo sabe... disfruta... se burla... JUAN: ¿Qué le pasa, Santa Mónica? ¿Estaba perdida? MÓNICA: Es un malo... ¿Cómo se atreve? JUAN: ¿A impedir que se mate? La verdad ni yo mismo lo sé. MÓNICA: ¡Es Usted un patán! JUAN: Dicen que es pecado tener mal genio, hermana. En lugar de regañarme, debería estar agradecida. MÓNICA: No tengo nada que agradecerle a Usted. ¡Y retirese! Su presencia me repugna. JUAN: ¿Le repugna? ¿Por qué? ¿Porque soy pobre? ¿Mal vestido? ¿Es esa la caridad cristiana, hermana? MÓNICA: ¡Déjeme pasar! JUAN: No. MÓNICA: Mire que si se atreve... JUAN: ¿A propasarme con Usted? ¡Por Dios, Santa Mónica! Usted no tentaría ni a un hermitaño... Perdón. No quise decir eso. Es más... no entiendo como una muchacha tan bonita quiere hacerse monja.
DON NOEL: ¿Mónica? ¿Dónde vas niña? MÓNICA: Buenos días, Don Noel. Voy a mi casa por una corta temporada. DON NOEL: Ah, entonces al rato nos vemos porque yo también tengo que ver a tu madre. JUAN: Bien, ¿nos presenta, Don Noel? DON NOEL: Sí, sí, claro. Es la señorita Mónica Altamira... El capitán Juan... JUAN: ...del Diablo. Ya nos habíamos visto pero me alegro mucho que nos hayan presentado oficialmente. MÓNICA: Perdone Don Noel, pero me tengo que ir. Me dio mucho gusto verlo. DON NOEL: ¿Por qué tienes que ser tan intrometido? JUAN: Solamente quería saludar a la antigua prometida de Andrés Alcázar. DON NOEL: Y tú cómo lo sabes? JUAN: En este pueblo no hay secretos Don Noel.
MÓNICA: ¿Qué hace Usted aquí? JUAN: ¿Aimee todavía está en la hacienda? MÓNICA: ¿Cómo se atrevió venir? JUAN: ¿Cómo se atrevió ella a engañarme? ¡A decir que me esperaría! ¿Sabía Usted que fue mi amante? ¡Sí, mi amante! Aunque se escandalice. MÓNICA: No es cierto. JUAN: Y se atrevió a casarse con otro cuando juró hacerlo conmigo. MÓNICA: Es que tiene que haber un error... JUAN: ¡No hay ningun error! Y Usted lo sabe muy bien. Me engañó, ¡se burló de mí! Por ella hice este viaje para tener dinero y poder casarme. ¡Pero ésto no se va a quedar así! MÓNICA: Por favor, ¡espere! Espere, se lo suplico... ¡se lo ruego! Andrés no tiene la culpa. El es una victima. JUAN: ¿Y a mí qué me importa? MÓNICA: El licenciado Mancera me dijo que Usted es bueno y generoso. Entiendo su coraje pero hay gente inocente que no tiene porque pagar. JUAN: Aquí no hay gente inocente. ¿Por qué ya no está de monja? MÓNICA: Porque no me aceptaron. JUAN: ¿No la aceptaron? ¿O les dio miedo que tentara a los frailes? MÓNICA: ¡Ay, no sea grosero! Además, Aimee no está. Ayer se fueron de viaje de bodas. ¿Qué caso tiene? Ya está casada. Y si hubo algo entre Ustedes, ya se acabó. JUAN: Eso lo veremos. ¿Cuando regresa? MÓNICA: Se fueron a Europa. Por favor, ¡váyase!. Yo le prometo... Estoy dispuesta a darle lo que quiera... JUAN: ¿Lo que yo quiera? ¿Está segura? MÓNICA: Sí. Puedo juntar una cantidad de dinero... JUAN: ¿Y si yo no quisiera dinero? Perdí a una mujer... a una condesa. Y tal vez me calme si consigo a otra. ANDRÉS: ¡Juan! JUAN: ¿No que se habían ido? MÓNICA: ¿Se conocen? ANDRÉS: Don Noel me dijo que estabas de viaje. JUAN: Sí. Ya volví. ANDRÉS: No sabes que gusto me da. ¿Por qué no vino Don Noel a mi boda? JUAN: Le dio gripe. ANDRÉS: ¿Ya se presentaron? MÓNICA: Sí, sí ya. ANDRÉS: Bien. Quiero que conozcas a mi esposa. JUAN: Me dará mucho gusto.
MÓNICA: Ya consiguió lo que quería. ¿Por qué no se va? JUAN: ¿Lo que quería? MÓNICA: Sí. Armó revuelo. Mi hermana hasta se desmayó del susto. JUAN: ¿Y Usted cree que con éso yo me siento satisfecho? No. Ésto apenas empieza. MÓNICA: ¿Qué quiere decir? ANDRÉS: Ya volvió en sí. JUAN: ¡Qué bueno! ANDRÉS: Te agradezco Mónica que le hayas hecho compañía a Juan. MÓNICA: De nada. ANDRÉS: ¿Me acompañas al despacho? JUAN: Sí. ANDRÉS: Con permiso.
JUAN: Quite esa cara de susto. Aún no he dicho nada. Me he dejado llevar y traer al gusto de todos Ustedes. MÓNICA: No sabe cuanto se lo agradezco. JUAN: No, tampoco me lo agradezca todavía. MÓNICA: Yo creo que no debió de haber aceptado el puesto que le dio Andrés. JUAN: ¿Por qué no? MÓNICA: Por prudencia. Aimee está muy arrepentida, se lo aseguro. JUAN: O es Usted una ingenua, o una gran mentirosa. ¿Arrepentida esa... meretriz? Además, fue ella la que me buscó. Varios días estuvo rodando mi casa, espiándome hasta desnudo. ¿Qué hombre con sangre en las venas se resiste? Y no solamente consiguió lo que quería, sino que me volvió loco como un imbécil. Tanto que hice un viaje en el que cada minuto me jugaba la vida. ¿Sabe porque lo hice? Para poder acercármele con ropa de caballero. Para que no se avergonzara de ir conmigo a la luz del día... y para poder cumplir con todo éso que a Ustedes les parece muy importante: Familia, conveniencia, religión. Y lo hice porque ella me dijo que me quería. Aceptó ser mi esposa y sobre su vida juró esperarme. MÓNICA: Entiendo, pero... pero por favor... ¿Qué caso tiene decírselo ahora a Andrés? Además, le aseguro que ella está terriblemente afligida. JUAN: Consolándose en los brazos de su marido, ¿no? MÓNICA: Por favor, no piense en éso. JUAN: ¡Yo pienso lo que se me da la gana! Y voy a hacer lo que se me da la gana. MÓNICA: Por favor, ¡sea generoso! JUAN: ¿Generoso? Solamente los que son felices puedon darse el lujo de ser generosos. Y yo en este momento estoy que me lleva el demonio.
DON NOEL: Pero no me negará que en todo el país se respira un aire de intranquilidad. Que hay demasiadas injusticias y la gente... ya está harta. ALBERTO: Bueno, así ha sido y así será. Siempre ha habido ricos y miserables. Es la ley de la vida. DON NOEL: Usted habla de esa manera porque ve los toros desde la barrera. Pero si estuviera en el ruedo peleando con el hambre y la miseria, no creo que se quedaría tan conforme. ALBERTO: Seguramente que no pero gracias a Dios que no estoy en ese caso. Afortunadamente en este mundo cada quien tiene lo que se merece. ¿Y Usted que opina, Juan? JUAN: Nada. ALBERTO: ¿No le agrada expresar su opinión? JUAN: Con gente que habla por hablar, no. DON NOEL: Juan... TERESA: ¡Qué grosero! ALBERTO: No se apene, Licenciado. En todo caso es Andrés el responsable por forzarnos a compartir la mesa con tipos tan rústicos como éste. MÓNICA: Perdóneme si se lo digo, Alberto. Pero Usted fue el primero en ofenderlo. CATALINA: Mónica... MÓNICA: Es la verdad, mama. No se le puede decir a una persona que evidentemente ha nacido en la pobreza y lucha por sobrevivir que tiene lo que se merece. CATALINA: Hija, por favor... ALBERTO: No, Doña Catalina. Déjele expresar su opinión. Y Usted cree que Juan se merece más de lo que tiene? MÓNICA: No lo conozco lo suficiente para opinar, pero si sé que hay muchos que tienen todo sin merecerlo.
ANDRÉS: ¿Cómo se llama? JUAN: Segundo Quintana. ANDRÉS: Puedes acomodarlo en la casa que era del administrador. Pero lo que sí quiero Juan, es que te encargues hoy mismo de los arreglos de la escuela de Mónica. JUAN (a Mónica): ¿Tiene Usted una escuela? ANDRÉS: Bueno, así le digo yo. Es que ha insistido tanto. (a Aimee) ¡Mi amor! AIMEE: Quise acompañarlos en el desayuno. ANDRÉS: ¡Qué bueno! Ya era ora. Ahora sí, quiero presentarte a Juan. (a Juan) Mi esposa, Aimee. JUAN (a Aimee): Encantado, Señora. AIMEE: El gusto es mío. ANDRÉS: Fuimos a despedir a Teresa que se acaba de ir. JUAN (a Mónica): ¿Me permite? MÓNICA: Gracias. JUAN: ¿Y cuál es el problema con la escuela? MÓNICA: Es que está muy dañada. Hace falta arreglar el techo... pintarla... Algunos pupitres están rotos y otros prácticamente son inservibles. JUAN: ¿Y quién va a instruir a los niños? MÓNICA: Yo. ANDRÉS: Sí, pero por muy poco tiempo. Mónica nos quiere abandonar. JUAN: ¿Por qué? ¿Va a volver al convento? MÓNICA: No sé. Tal vez. AIMEE: Mi hermana es la eterna indecisa. Primero armó un gran revuelo con éso de tomar el velo. Y luego siempre no. ¡Tienes que decidirte, mujer! No nos tengas en ascuas. JUANITA: Buenos días. MÓNICA: Buenos días. JUAN: Seguramente su hermana quiere pensarlo bien. Es peligroso tomar decisiones precipitadas. Luego... se pagan las consecuencias. ANDRÉS: De todos modos, éso es asunto personal de Mónica, en el cual no debemos meternos. JUAN: Si Usted quiere, en cuanto terminemos de desayunar podemos ir a ver la escuela. MÓNICA: Gracias. JUAN: ¿Gracias porque? Simplemente estoy cumpliendo con una orden de Andrés. Una orden muy grata, por cierto.
MÓNICA: Usted sólo tiene que hacer una cosa: marcharse e irse pronto y para siempre. JUAN: Resulta monótono escucharla. ¿Es que no sabe decir otra cosa? MÓNICA: Por favor. ¿Para qué prolongar esta situación tan horrible? ¡Acepte lo que pasó y váyase! JUAN: Me iré, pero no solo. MÓNICA: ¿Qué quiere decir? JUAN: Cuando me vaya, me voy a llevar a su hermana. MÓNICA: ¿Está loco? ¿Cómo se le ocurre? JUAN: Ella me quiere. A su modo, pero me quiere. No me va a costar trabajo convencerla. MÓNICA: No... no, Usted no puede hacer éso. JUAN: ¿Quién me lo va a impedir? ¿Usted? ¿Andrés? MÓNICA: Es que no es justo que destroce de esa manera la vida y la honra de un hombre... Hay un Dios en el cielo y ese Dios seguirá sus pasos... JUAN: ¡Por favor! No sea infantil. Dígame una cosa. Usted no hace ésto por su hermana... sino por Andrés, ¿verdad? Entonces tiene razón Don Noel cuando me dijo que se metió al convento por decepción... porque fue él quien la dejó, no al revés. ¿Cómo es posible que defienda tanto la felicidad de un hombre que la cambió por otra?
MÓNICA: Usted... Usted no tiene corazón. JUAN: Ahora no tengo tiempo para tonterías. MÓNICA: ¿Le llama tonterías correr a unos pobres ancianos solo porque no pueden rendir como los demás? JUAN: ¡No sé de que me está hablando! MÓNICA: ¡Dijeron que la orden era de Usted! JUAN: No tiene que creer todo lo que digan de mí. MÓNICA: ¿Y no va a hacer nada? JUAN: Ya le dije que tengo cosas más urgentes que atender. (a un peón) Tú, ¡ven! Hace un rato estaban aquí unos trabajadores, cargando costales. PEÓN: Ya terminaron, padrón. JUAN: ¿Y adónde se llevaron al reo que estaba con ellos? PEÓN: No sé. Tal vez de vuelta al campo. JUAN: ¿Bautista dónde está? PEÓN: No lo he visto. JUAN: Búscalo. Dile que quiero ver al reo que estaba aquí. PEÓN: Sí padrón. MÓNICA: ¿Me va a hacer caso ahora o para Usted es más importante un presidiario que dos pobres ancianos? JUAN: Ese presidiario es un hombre inocente... y es mi amigo. ¿Dónde está esa gente a la que según Usted acabo de correr?
Genial!! Es verdad, han desaparecido muchos foros y sitios web. De momento creo que somos uno de los pocos que sobrevivimos y espero que así sea por mucho tiempo más!! Yo he hecho algunas transcripciones de los diálogos en los capítulos que estoy haciendo resúmenes (los últimos diez más o menos). Deberíamos juntarlos todos para tenerlos. De tantas veces que hemos visto ciertas escenas seguramente les pasa como a mí que están escuchando el diálogo en sus mentes cuando lo leen, ¿no? Jiji
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